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5 Pasos para planificar el Presupuesto Familiar

¿Las finanzas personales y el presupuesto familiar son más complejas que los presupuestos de las empresas? Es curioso, pero lo...

¿Las finanzas personales y el presupuesto familiar son más complejas que los presupuestos de las empresas? Es curioso, pero lo es para muchas personas. No debería ser así.

Hace poco escuché una conferencia sobre la forma en que actuamos como consumidores. Me llamó la atención una afirmación: todas nuestras compras son emocionales. Yo creía que, por lo menos, la mitad eran racionales. Pensé que evaluábamos la relación valor agregado y precio, la pertinencia de la compra, qué marca tenía menos calorías, si el color era el mejor…Sí, pensamos todo eso, pero parece que nuestro cerebro es un cazador de alegrías.

Eso me dio una idea.

Mi presupuesto familiar puede ser una buena experiencia y no un aburrido cuadro de Excel.

 

Para qué hacer un presupuesto

Lo primero que hice fue escribir para qué quería hacer un presupuesto de los gastos de mi familia. Es claro, quiero saber en qué nos gastamos el dinero, si lo estamos haciendo bien, y cuánto podríamos ahorrar para comprar esa casa con la que soñamos hace años.

Me encantó haberlo escrito así. Me pareció de lo más de emocional. Seguro mi cerebro lo cazaría.

Confieso que me reí.

Después, leí un poco más y encontré que este tipo de metas pueden funcionar mejor que las que simplemente indican un número. Veamos 5 Pasos para planificar el Presupuesto Familiar.

 

Primer paso

Si eres de los que empiezan a planear sus finanzas personales y no las cumplen nunca, intenta agregarle a la plantilla un título que te llegue directo al corazón.

Por ejemplo, uno simple: Presupuesto para el bienestar de mi familia

Otro un poco más ambicioso: Presupuesto para el viaje a la India

 

Segundo paso:

Construí una plantilla. Traté de ser organizada, metódica, de recordar todos los gastos del año. Sin embargo, me llevé un par de sorpresas. Cada mes la perfeccioné. Aprendí que el proceso requirió una curva de aprendizaje.

 

Tercer paso:

Guardé todos los recibos, incluso los de gastos muy pequeños. Anoté, para no olvidarlos, los gastos que no generan factura.

Registré cada gasto en su respectiva casilla.

 

Cuarto paso:

A los tres meses, nos sentamos a hacer el análisis. Las cifras eran claras. Podíamos evidenciar cuáles eran los gastos mayores, cuáles eran imprevistos, cuáles eran innecesarios, cuáles podrían ser ocasionales. Pudimos tomar decisiones y obtener lo que queríamos: la posibilidad de ahorrar para el lote. ¡Estábamos en el juego de nuestro sueño!

 

Quinto paso:

Al comienzo, fuimos muy estrictos. Queríamos cumplir al 100% con el presupuesto. Sin embargo, nunca lo logramos. Siempre se presentaba algo no presupuestado: un regalo, una invitación, la oferta que estábamos esperando.

Resolvimos establecer rangos de gasto para cada rubro. Si nos subíamos en uno, aplicábamos el rango bajo en otro.

 

Espero que pronto se cumpla el sexto paso, buscar un lote como el que soñamos. Mientras tanto, realmente, estamos disfrutando el proceso.

¡Éxitos con tu presupuesto familiar!

 



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