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5 mitos (falsos) sobre los traslados hipotecarios

¿Has escuchado voces en contra de los traslados hipotecarios? Conocemos unos cuantos “mitos” sobre los traslados o compra de deuda...

¿Has escuchado voces en contra de los traslados hipotecarios? Conocemos unos cuantos “mitos” sobre los traslados o compra de deuda hipotecaria. Estos son los 5 mitos (falsos) sobre los traslados hipotecarios.

Hace poco, uno de nuestros asesores tuvo un encuentro difícil con un familiar de un posible cliente. Afirmaba que la recomendación que le hacíamos a su hijo para hacer una compra de deuda  hipotecaria era un muy mal negocio.

Por fortuna, nuestro asesor tuvo la paciencia de escuchar, anotar cada objeción y luego, explicarle su experiencia.

Luego, en la reunión del comité revisamos el tema. Nos dimos cuenta de que este tipo de opiniones eran comunes y se derivaban, en la mayoría de los casos, de:

    • Algunas malas experiencias de personas conocidas que habían realizado negocios con resultados negativos;
    • Desconocimiento del concepto “tasas de interés” y su efecto en la cuota mensual;
  • Poca información sobre la posibilidad de trasladar los créditos, compra de deuda y operaciones similares.

Agradecimos mucho a nuestro asesor, claro, pero especialmente al familiar que nos permitió recopilar la información de los principales mitos sobre los traslados hipotecarios.

Mito # 1: Trasladar un crédito es volver a pagarlo.

Esta era la principal objeción sobre el traslado de crédito hipotecario. El señor suponía que su hija perdería todo lo que ya había pagado.

Nada más alejado de la realidad.

En una operación de traslado, el cliente comienza un nuevo negocio con un nuevo banco. ¿Cuáles son las condiciones? El banco pagará lo que se debe a la fecha y ese negocio quedará cerrado. Se abrirá un nuevo contrato, una nueva hipoteca, por ese valor. Ahora, ¿para qué tomarse tantas molestias?  El asesor le explicó que la intención al trasladar un crédito hipotecario es conseguir “mejores condiciones”.

Lo típico, es que las personas consigan “mejores condiciones”, es decir, una mejor tasa de interés, lo que les permite, pagar una cuota mensual más baja, y –esto es quizás lo más importante- pagar al final menos dinero por su inmueble.

Mito #2: Reducir la cuota es alargar el plazo y pagar más.

Este mito es muy interesante. ¿Por qué se asume que reducir el valor de la cuota mensual es igual a extender el plazo? Porque cuando refinancias los créditos esa es la solución que se encuentra. Si, por cualquier motivo, no puedes seguir pagando la cuota, le pides al banco una reducción. El banco recalcula el crédito y te ofrece más plazo.

Pero el traslado hipotecario es diferente.

En principio, no estás negociando con el banco que te concedió el crédito, al contrario, comienzas negocios con un nuevo banco que ofrece mejores condiciones. Y esas mejores condiciones se concentran básicamente en el valor de la tasa de interés: bajarla unos cuantos puntos es bajar el valor total del crédito, lo que se reflejará en unas cómodas cuotas mensuales.

Mito #3: los gastos son tan altos que no se justifica hacer un traslado.

En efecto, el traslado hipotecario implica gastos. Los legales son quizás los más representativos. Debes contratar seguros de desgravamen y todo riesgo, pagar el avalúo y estudio del crédito. Normalmente, asumir estos gastos es mejor negocio que continuar pagando el crédito a la tasa que te asignaron.

Lo importante es asesorarte bien, alguien que te ayude a hacer las cuentas y te las explique.

Mito #4: en tu historia financiera un traslado provocará una mala calificación.

Ningún banco o entidad financiera estará molesto porque estés atento a los cambios y aproveches la oportunidad de mejorar tu crédito.

Un traslado es una operación financiera inteligente. Se trata de decidir cuánto quieres pagar por tu propiedad.

Lo normal en la economía son los cambios. Unas veces, a los importadores les va mejor que a los exportadores; los constructores tienen épocas de bonanza; el dólar sube y baja. Sucede lo mismo con las tasas. Van cambiando con el tiempo. Hace cinco, siete años, las tasas estaban más altas que ahora. Eso significa que, si hoy, por ejemplo, un amigo tuyo pidiera un crédito, lo conseguiría a una tasa más baja que tú. ¿Harías algo al respecto?

Sí. Harías un traslado hipotecario

Es muy probable que otro banco esté interesado en pagar tu deuda y hacer un nuevo negocio contigo. Obviamente, esperas que el cambio sea atractivo: una mejor tasa de interés.

En tu historial financiero quedará registrado que tenías un crédito que fue pagado y que tienes un nuevo crédito hipotecario.

Mito #5: Tienes que esperar muchos años para poder hacer un traslado hipotecario.

La operación de compra de deuda hipotecaria tiene requisitos claros, pero ninguno hace relación al tiempo.

Lo que sí debes garantizar es que la propiedad esté independizada, registrada ante la Sunarp, y tú aparezcas como uno de los propietarios. Solo así un banco podrá prestar y garantizar el crédito con una hipoteca. Este proceso puede tomar algún tiempo si se trata de un bien futuro.

Ahora, lo importante es tener claro para qué quieres hacer un traslado. No se trata de cambiar el banco. Si vas a asumir el costo de un traslado, tienes que hacer cuentas para determinar qué es lo que vas a mejorar de tu negocio actual.

¿Has oídos otros mitos sobre los traslados hipotecarios?

Nos encantaría conocerlos.

 



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