Breve historia de los créditos hipotecarios
Es interesante conocer una breve historia de los créditos hipotecarios en México, pero para esto debemos retroceder un poco más. Se empieza desde la época prehispánica hacia el año 1521, cuando la base del mercado era el trueque. Al llegar la colonización esta forma de economía se cambió por la moneda.
Aunque no fue sustituido de inmediato, fue la mejor forma de adquirir productos y servicios. Con esta nueva forma económica, llegaron los primeros indicios de préstamos monetarios. Entonces se creó la institución de crédito nombrada El monte de piedad de Ánimas, por supuesto la iglesia era el prestamista.
Aquí surgió las primeras modalidades de crédito y de avío, sin embargo, su principal error eran las condiciones que exigían. Las altas tasas de interés y los plazos cortos, que eran casi imposibles de manejar. En los años 1872, en España se crearon varias instituciones financieras que transformaron el sistema de la iglesia. Se creó el Banco Nacional de San Carlos. Su objetivo era fomentar el comercio y avance financiero.
El gobierno en los créditos hipotecarios
Este comienzo del nuevo sistema en España, se traslada a México en el año 1784. En ese momento se fundó el Banco de Avío de Minas. Siendo este el antecesor del Banco de México, fundado en agosto del año 1925, su objetivo era otorgar los créditos de avío.
Después de la independencia de México, hacia el año 1830, se creó un sistema financiero mejor estructurado para el país. Y hacia el año 1864, llega una sucursal del Banco de Londres con objetivo comercial.
En la época del porfiriato, en el año 1897, nace la Ley General de Instituciones de Crédito, debido al crecimiento de entidades. Aquí se creó también, la clasificación de las entidades financieras:
- Bancos comerciales o de emisión (billetes)
- Los bancos hipotecarios, para préstamos sólo a largo plazo
- Bancos refaccionarios, para préstamos a la agricultura, comercio y manufactura.
Sistema financiero actual en México
Regulado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que pertenece a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Es así, como la historia de los créditos hipotecarios no se acaba en este momento, continúa innovando. Para ofrecer a los usuarios, productos financieros para satisfacción a sus necesidades crediticias.