El problema de la ejecución hipotecaria

Si uno ofrece su vivienda como garantía para un préstamo, lo peor que puede ocurrir es un problema de ejecución...

Si uno ofrece su vivienda como garantía para un préstamo, lo peor que puede ocurrir es un problema de ejecución hipotecaria. Tal procedimiento es un contratiempo muy desgastante pero, si se presenta, hay que hacerle frente de la mejor manera posible.

¿En qué consiste?

Cuando una entidad financiera o persona presta dinero se convierte en acreedor. La ejecución hipotecaria es el procedimiento por el cual el acreedor hipotecario (suele ser un banco) puede cobrar su deuda mediante la garantía (la vivienda hipotecada). Ello, si el deudor no cumple con su obligación de pagar las cuotas del crédito hipotecario

Los gastos del proceso corren a cargo del deudor.
Si no se puede pagar lo estipulado en la ejecución, ni tampoco pueden los avales del préstamo, si éstos existen, se pasa a la subasta del inmueble.

Cuando se produce la subasta, y no hay comprador, el banco la puede adquirir por el 60% del valor del avalúo.

¿Cómo proceder ante el problema de la ejecución hipotecaria?

Lo primero es no esconderse del acreedor. Después hay que intentar llegar a un acuerdo con el prestamista. Si se trata de un banco existe la ventaja de que su negocio no consiste en quedarse con casas ajenas.

Una opción es que se puede vender la casa antes de entrar en la ejecución hipotecaria. A veces, el banco acepta el monto de la venta, incluso si es menos de lo que se debe en la hipoteca.

Otra solución es devolver la casa al banco. En forma voluntaria. Esto tiene la ventaja de que no perjudica tanto su historial crediticio como una ejecución.

Hay que tener en cuenta que si un acreedor acepta la casa por menos de lo que se debe, el monto de la deuda condonada tiene consecuencias fiscales. La deuda perdonada se considera como base gravable por el IRS.


Existen opciones para aliviar una responsabilidad fiscal por la deuda perdonada.



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